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¿Dónde se pide la cédula de habitabilidad?

Es uno de los documentos imprescindibles en la compraventa y alquiler de una vivienda y es el propietario quien está obligado a proporcionarla.  Te contamos dónde se pide la cédula de habitabilidad y todo lo que necesitas saber sobre este certificado que acredita que el inmueble cumple con los requisitos mínimos para habitar en él.  

Cuidado si vas a comprar o alquilar una vivienda porque entre tanta documentación es posible que alguno se te pase, y no sería el primer caso de transacción en el que el propietario no dispone de la cédula de habitabilidad. Las consecuencias negativas no afectan sólo al dueño, también al inquilino y comprador: desde no poder habitar legalmente en la casa, hasta ser sancionado, pasando por no poder acceder a una hipoteca o tener dificultades en la reventa.

En el caso de compraventa, situación en las que hay que prestar especialmente atención son en la adquisición de viviendas construidas con cierta antigüedad y que pueden no cumplir con requisitos mínimos habitables.

¿Qué es la cédula de habitabilidad?

Es un documento oficial que certifica que un inmueble cumple con los requisitos mínimos para ser habitado establecidos según la normativa vigente. Esto es cumplir con las condiciones básicas de seguridad, salubridad y habitabilidad necesarias para sus ocupantes.

No es un documento obligatorio en todas las CCAA. Actualmente, solo es necesario tenerlo en las regiones de Cantabria, Asturias, Baleares, Cataluña, Extremadura, La Rioja, Murcia, Navarra y Valencia.

Requisitos para otorgar la cédula de habitabilidad

Seguridad estructural: cumplimiento de estándares de construcción y garantías de que no presenta riesgos estructurales.

Salubridad e higiene: condiciones higiénicas adecuadas, como acceso a agua potable, ventilación adecuada o saneamiento.

Superficie y distribución: superficie mínima habitable de al menos 36 m2 y distribución adecuada de los espacios (habitación, comedor, aseo, equipamiento de cocina).

Instalaciones y servicios: disponibilidad de instalaciones adecuadas para el uso de los suministros necesarios: agua, electricidad, gas, telecomunicaciones, ventilación y saneamiento.

¿Para qué sirve la cédula de habitabilidad?

Tal y como se ha indicado, la cédula de habitabilidad sirve para certificar que una vivienda cumple con los requisitos mínimos de habitabilidad establecidos por la normativa vigente. Este documento es necesario para demostrar que una vivienda es apta para ser habitada legalmente y que cumple con las condiciones básicas de seguridad, salubridad y habitabilidad necesarias para sus ocupantes.

Algunos de los propósitos principales de la cédula de habitabilidad son:

Seguridad y salud: garantizar que la vivienda cumple con las normativas de seguridad y salud establecidas, como acceso a agua potable, electricidad segura, ventilación adecuada, iluminación natural, entre otros aspectos.

Habitabilidad: asegurar que la vivienda cuenta con condiciones mínimas de habitabilidad para sus ocupantes, como espacio suficiente, condiciones higiénicas adecuadas, acceso a servicios básicos, entre otros.

Legitimidad: proporcionar un documento oficial que certifique que la vivienda es legal y apta para ser habitada, lo cual es necesario para realizar diversos trámites administrativos, como contratar servicios públicos, vender o alquilar la vivienda, solicitar subvenciones o ayudas, entre otros.

Protección al consumidor: brindar protección a los inquilinos y compradores de la vivienda al garantizar que esta cumple con los estándares de habitabilidad y no representa un riesgo para la salud o seguridad de sus ocupantes.

Asimismo, para el comprador o inquilino, la cédula de habitabilidad sirve para dar de alta los suministros de luz, agua o gas. Igualmente, en caso de necesitar una hipoteca para la adquisición de la vivienda, este documento es imprescindible y será requerido para proceder a la tasación, paso previo a la concesión del préstamo, pues sirve de garantía del mismo.

¿Quién da la cédula de habitabilidad?

Es un documento que depende de las administraciones regionales. En algunas comunidades autónomas la cédula de habitabilidad no es obligatoria dado que duplica documentos, como la licencia de primera ocupación, otorgada en viviendas de nueva construcción, la de segunda ocupación, para inmuebles ya construidos, o la de primera ocupación de rehabilitación, para aquellas que han sido sometidas a una profunda reforma.

En el caso de viviendas construidas antes de 2004, la vigencia es de 10 años, por lo que en la actualidad estarían caducadas y habría que solicitar la cédula de habitabilidad. Las otorgadas posteriormente hasta 2012 tienen una vigencia de 15 años y las posteriores, de 25 años. Las viviendas reformadas cuentan, por norma general, con licencias de 15 años.

Si no se dispone de los anteriores, la cédula de habitabilidad se solicita en el organismo local donde está ubicada la vivienda. Dado que es un documento que depende de cada comunidad autónoma, los requisitos y mecanismos de obtención pueden variar.

¿Cómo obtener la cédula de habitabilidad?

Para pedir la cédula de habitabilidad es necesario solicitar que un técnico de la Administración local acuda a la vivienda para realizar una inspección. Si cumple con los requisitos mencionados, se emite la cédula de habitabilidad, la cual debe renovarse según lo que marque la normativa autonómica correspondiente, aunque lo habitual son cada 10-15 años.

En general, el proceso para pedir la cédula de habitabilidad requiere los siguientes pasos:

Documentación y acondicionamiento: antes de solicitar la cédula de habitabilidad, es importante asegurarse de que la vivienda cumple con todos los requisitos de habitabilidad establecidos por la normativa vigente.

Solicitud: posteriormente se procede a presentar la solicitud de la cédula de habitabilidad ante el organismo competente de la comunidad autónoma. Esta solicitud generalmente se realiza en las oficinas de vivienda o urbanismo de la administración local correspondiente.

Inspección técnica: después de presentar la solicitud, un técnico designado por la Administración realiza una inspección de la vivienda para verificar que cumple con los requisitos de habitabilidad.

Emisión de la cédula de habitabilidad: si la vivienda pasa la inspección y cumple con todos los requisitos, se emitirá la cédula de habitabilidad.

Es importante recordar que los procedimientos y requisitos exactos pueden variar según la comunidad autónoma, por lo que se recomienda verificar con la administración local correspondiente los pasos específicos a seguir para pedir la cédula de habitabilidad en cada caso. Recuerda también obtener el certificado energético de la vivienda, otro documento necesario para la venta o alquiler de tu vivienda.

¿Cómo saber si un piso tiene cédula de habitabilidad?

Para saber si un piso tiene cédula de habitabilidad se deben seguir estos pasos:

Consultar con el propietario o agente inmobiliario: si estás interesado en alquilar o comprar un piso, puedes preguntar al propietario o al agente inmobiliario si la vivienda cuenta con la cédula de habitabilidad. Ellos deben proporcionarte esta información y mostrar la documentación correspondiente.

Revisar la documentación: si tienes acceso a la documentación de la vivienda, como el contrato de arrendamiento o la escritura de compraventa, es posible que la cédula de habitabilidad esté mencionada en estos documentos.

Verificar con el ayuntamiento: también puedes verificar con el ayuntamiento correspondiente si la vivienda cuenta con la cédula de habitabilidad, para ello deberás aportar las escrituras (en caso de compra) o el contrato de arrendamiento (alquiler).

¿Qué pasa si un piso no tiene cédula de habitabilidad?

Si un piso ubicado en una comunidad autónoma donde la cédula de habitabilidad es obligatoria la tiene caducada, deberá renovarla si desea vender el inmueble.

Hay ocasiones en que la vivienda no puede obtener la cédula porque no cumple las condiciones mínimas establecidas por la Administración autonómica para ser considerada una vivienda. El inmueble puede estar correctamente registrado como tal en el Catastro y el Registro porque en el momento en que fue construido cumplía con la normativa, pero con el paso del tiempo las condiciones han cambiado y la vivienda ya no cumple la nueva normativa, quedándose en situación de fuera de ordenación urbanística. Este inmueble puede ser habitado y vendido, pero en aquellas comunidades autónomas donde la cédula de habitabilidad sea obligatoria afrontará ciertas consecuencias y restricciones

Sanciones administrativas: el propietario de la vivienda podría enfrentarse a sanciones administrativas por no contar con la cédula de habitabilidad en las situaciones que la normativa vigente requiere su presentación. Estas sanciones pueden variar según la legislación local y pueden incluir multas económicas.

Imposibilidad de alquilar o vender el inmueble como vivienda: sin la cédula de habitabilidad, el propietario del inmueble no podrá legalmente alquilar ni venderlo como vivienda, ya que este documento es necesario para demostrar que la vivienda cumple con los requisitos mínimos de habitabilidad y es apta para ser ocupada legalmente.

Riesgo para los ocupantes: los ocupantes de la vivienda también pueden enfrentarse a riesgos legales y de seguridad. Al no contar con la cédula de habitabilidad, no hay garantía de que la vivienda cumpla con los estándares mínimos de habitabilidad, lo que podría poner en riesgo su salud y seguridad. Asimismo, en caso de necesitar una hipoteca para la compra, es obligatorio disponer de este documento para proceder a la tasación de la vivienda, paso previo para solicitar un préstamo.

Rescisión de contratos de alquiler: si se descubre que un piso no tiene cédula de habitabilidad mientras está siendo alquilado, el contrato de arrendamiento podría ser rescindido por incumplimiento del propietario. Esto podría acarrear la obligación del propietario de devolver las rentas pagadas por el inquilino y posibles sanciones adicionales.

¿Cuándo caduca la cédula de habitabilidad?

La duración de la validez de la cédula de habitabilidad puede variar según la comunidad autónoma, ya que cada una puede establecer sus propios plazos de renovación. Sin embargo, en la mayoría de las comunidades autónomas, la cédula de habitabilidad suele tener una validez de entre 10 y 15 años.

Es importante tener en cuenta que la cédula de habitabilidad debe estar en vigor en el momento de vender o alquilar la vivienda a un tercero. La renovación implica realizar una nueva inspección de la vivienda por parte de un técnico competente para verificar que aún cumple con los requisitos de habitabilidad establecidos por la normativa vigente. Si la vivienda sigue cumpliendo con los requisitos, se emitirá una nueva cédula de habitabilidad con una nueva fecha de caducidad.

No existe la obligación de que la cédula tenga que ser renovada cuando caduque, pero sí que debe estar vigente a la hora de vender o alquilar la vivienda a un tercero.

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