El coste de los materiales en edificación residencial se ha incrementado un 27,3%
Vamos a hablar de inflación, de inflación asociada a la construcción de viviendas. Desde la pandemia, el incremento de los costes (primero fue principalmente inflación en los materiales de construcción y luego en la energía) ha traído a cabeza al sector promotor, que ha visto estrechados sus márgenes para no subir precios, ya de por si tensionados en algunas ubicaciones, y, por otro lado, también ha afectado a la viabilidad e inicio de nuevos proyectos. Veamos qué está ocurriendo con los materiales de construcción, que nos dará pistas sobre el futuro. ¿Cuánto se ha incrementado el coste de los materiales en edificación residencial desde el inicio de la pandemia?
El coste de los materiales en la actividad de edificación residencial se ha encarecido un 27,3% desde el inicio de la pandemia (marzo de 2020) hasta el pasado mes de agosto, último dato disponible, según el índice de materiales de construcción del Ministerio de Transportes. Esta cifra (27,3%) se refiere la edificación residencial y excluye la rehabilitación, la edificación no residencial y las obras de ingeniería civil. Si se tuviera en cuenta de forma agregada todos estos ámbitos, es decir, la actividad de construcción en sentido amplio el incremento de los costes de los materiales respecto a marzo de 2020 sería del 33,8%, seis puntos y medio más.
Justo hace un año hicimos este mismo ejercicio. Y el balance en ese momento indicaba que el incremento de los costes de construcción en la edificación residencial desde el inicio de la pandemia era un 8,4%. Un año y dos meses después, el gap respecto a marzo de 2020 se ha elevado hasta el 27,3%, es decir, se ha triplicado.
Conviene aclarar que estos datos del Ministerio sobre el coste de los materiales incluyen el consumo energético. La situación actual apunta a que son los precios de la energía y no las interrupciones en las cadenas de suministro lo que más está afectando a esta inflación en los costes de los materiales. Recordemos en los primeros meses tras la pandemia fue la escasez de oferta y la logística lo que principalmente encareció la materia prima. La distribución ha ido poco a poco encauzándose, también ha bajado la demanda de un gran consumidor de materiales como es China, pero, como fuerza contrapuesta, se ha intensificado la inflación energética.
En esta situación encontramos una buena noticia: la tendencia ha empezado a cambiar. Los costes de construcción estuvieron al alza hasta el pasado mes de mayo, cuando alcanzaron su máximo. En ese momento, el incremento respecto al inicio de la pandemia era un 28,3%, es decir, un punto porcentual más que actualmente. A partir de ahí la tendencia ha sido a la baja; se está suavizando la presión, aunque todavía se mantienen en niveles muy elevados nunca vistos si se atiende a la serie histórica desde 2005.
En mayo de 2022, cuando el índice de coste de los materiales en la edificación residencial alcanzó su máximo, con 133,5 puntos (estando la base 100 en el año 2015), la tasa de crecimiento en el último año era del 25,1%. En agosto de este año, el último dato disponible en la estadística, el aumento interanual se había moderado hasta el 16%, manteniéndose prácticamente plano respecto a julio y tras dos meses de ligeras caídas en tasa mensual. Así que pese a ese llamativo incremento del 27,3% que acumulan el coste de los materiales de construcción en la edificación residencial desde el inicio de la pandemia estamos viendo buenas noticias en lo referente a la presión que los costes de construcción puedan ejercer hacia un encarecimiento de la vivienda de obra nueva. Parece que esa presión empieza a relajarse, siempre y cuando el componente energético no se desboque.
Así lo explicó nuestra directora de Marketing y Comunicación en Tinsa, Susana de la Riva, en Capital Radio el pasado 17 de noviembre.