¿Se ahorra mejorando la eficiencia energética de las casas?

En el sector del automóvil existen diferentes normativas europeas anticontaminación que obligan a los fabricantes a controlar las emisiones contaminantes de los vehículos que venden. Fruto de ellas hemos visto el nacimiento de sistemas de arranque y parada automática del motor, nuevos sistemas de restricción de emisión de partículas… Sí, son imposiciones desde un organismo europeo, pero velan por la futura salud de las personas. Cada pocos años se revisa esta obligación para hacerla más restrictiva, pero ¿por qué los propietarios e inquilinos no le dan tanta importancia a las características energéticas de su casa?

La transposición en 2013 a la legislación española de la normativa comunitaria en materia de eficiencia energética, muy asentada ya en países de nuestro entorno, que obliga a la Certificación Energética de todos los inmuebles en comercialización para venta o renta, podría servir a propietarios e inquilinos como herramienta para conocer el coste energético de los inmuebles. Una información que permite estimar el ahorro a medio plazo que supone decantarse por una u otra opción, así como el que puede obtenerse con inversiones razonables que mejoren dicha eficiencia, con la misma naturalidad con la que ya se hace desde hace mucho tiempo en el mercado del automóvil.

De hecho, paradójicamente, si estimamos la diferencia de costes que se puede dar entre los intervalos de ambos sectores para un producto medio, comprobaremos que el mercado inmobiliario puede aportar ahorros incluso superiores al automovilístico. Esto hace que el gasto en eficiencia energética pueda llegar a considerarse una inversión.

Por ejemplo, cuando el comprador potencial de un coche analiza los diferentes modelos, precios y consumos observa que la diferencia entre un vehículo con un consumo de 4,5 l/100 km y otro de 9,5 l/100 km, realizando 30.000 km al año y a un precio medio de combustible de 1,25 €/l, es de 1.875 €/año. En la vida estimada de un coche, entre 8 y 10 años, estamos hablando de una diferencia más de 15.000 euros. ¿Os imagináis el ahorro que supondría en una vivienda cuya vida media es mucho mayor?

Es evidente que esta diferencia de costes es muy importante a la hora de decantarse por un modelo u otro, pero cabe preguntarse ¿por qué esto no es así cuando llega el momento de decidirse por una vivienda u otra? ¿Se informa de lo que supone en realidad la diferencia de eficiencia energética en los inmuebles?

En los inmuebles, aunque la comparación es algo más difícil de hacer, el hecho de disponer de un buen certificado energético y un asesoramiento técnico cualificado en la implantación de medidas de ahorro puede suponer una gran diferencia en los costes. Pero no solo tenemos que centrarnos en el posible ahorro económico. Al igual que en el sector de la automoción, la reducción del consumo influye directamente en la salud del resto de personas porque las emisiones contaminantes también son menores.

A la hora de determinar el consumo de la vivienda, será la certificación energética la que nos pueda dar la respuesta más adecuada. Esta incluye en sus informes dos datos relevantes, que tienen una relación entre ellos aunque esta no es lineal: la calificación energética en referencia a las emisiones de CO² y el consumo de energía. La primera, medida por una escala de letras entre la A y la G, es relevante a efectos medioambientales ya que mide la contaminación producida en y con ello su influencia en la Capa de Ozono. El consumo de energía, por su parte, indica la energía primaria (sin transformar) para mantener unas ciertas condiciones de comodidad interior, referido a la energía primaria (sin transformar), medida en KWh/m² consumidos anualmente.

Con este segundo indicador, y dependiendo del coste de la energía, podemos saber el gasto anual del inmueble. Evidentemente no son iguales las necesidades de climatización en Teruel que en Canarias, donde esta se produce de forma casi natural. Pero si usamos para el estudio, como en el caso de los coches, un inmueble medio, de 100 m² en una zona climática fría, la diferencia de energía primaria consumida entre uno muy eficiente y otro ineficiente puede superar los 30.000 KWh al año, lo que supondría una diferencia de gasto por encima de los 2.100 € anuales.

Estos datos apuntan a que el ahorro energético en la vivienda puede ser incluso superior al del vehículo. Además se ha de tener en cuenta que la vida útil de la vivienda, media entre las instalaciones y la envolvente es muy superior a la del automóvil con lo que la diferencia de ahorro a largo plazo en aún mayor a favor de la vivienda. Por ello, es importantísimo conocer lo que consumirá nuestra futura vivienda antes de comprarla o alquilarla. De esa forma, podremos utilizar el ahorro en el consumo de energía para otras necesidades o, en su caso, destinarlas al ahorro económico. En todo caso, supone una mayor capacidad de pago que puede ser vital a la hora hacer frente a una hipoteca, en los casos de inmuebles adquiridos con financiación ajena.

La calificación energética de un inmueble en el transcurso de su vida útil es modificable si se aplican algunas medidas de mejora, tanto de la envolvente como de las instalaciones que, suelen venir reflejadas en el certificado energético. Con inversiones razonables, se pueden generar ahorros importantes consiguiendo, en ciertos casos, periodos de retorno simple de la inversión incluso inferiores a los dos años.

¿Nuestra recomendación? Solicita cuanto antes un certificado energético para tu casa con una empresa homologada y especializada capaz de identificar y cuantificar los aspectos de mejora. En esta tarea, Tinsa Certify atesora años de experiencia y el aval de haber realizado más de 40.000 certificaciones de eficiencia energética en España.