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Certificado energético, 5 razones para hacerlo con Tinsa

A la hora de contratar el certificado energético de un inmueble en proceso de venta o alquiler, uno puede encontrar en el mercado opciones de todo tipo: empresas de servicios especializadas, pequeñas empresas y autónomos que hacen trabajillos por el  barrio y hasta el hijo de la vecina del quinto, que acaba de aprobar Ingeniería y lo hace tirado de precio.

Ciertamente, cualquiera de ellos podría desarrollar el trabajo, ya que la normativa vigente considera que arquitectos y arquitectos técnicos, así como buena parte de los ingenieros e ingenieros técnicos, están capacitados para emitir certificados energéticos. Sin embargo, hay que tener muy en cuenta que lo barato puede salir caro. No olvidemos que el certificado energético no es (o no debería serlo) solo un papel, sino una hoja de ruta que cuantifica el nivel de gasto energético asociado a ese inmueble y que aconseja cómo reducirlo. Ante este objetivo, ¿qué ofrece más garantías: un profesional independiente o una empresa de técnicos expertos que, además, ha invertido en la selección y formación específica de los mismos?

Aquí os mostramos cinco razones que explican por qué interesa elegir la segunda opción:

1. Garantía en la selección del técnico

Una empresa de servicios va a revisar siempre la titulación de sus técnicos y comprueba sus antecedentes y sus labores. El cliente tiene la garantía de que el técnico que va a visitar su inmueble tiene una cualificación acreditada y la preparación óptima para desarrollar el cometido encomendado.

2. Independencia y excelencia técnica en la realización de los trabajos

certificado energético

La firma del profesional cualificado que trabaja para una empresa de servicios cualificada tiene detrás el respaldo de un equipo especializado que va a revisar su trabajo y que puede sugerir mejoras para adoptar la decisión más adecuada en cada caso. El análisis de la envolvente y de las instalaciones existentes dará pie a un certificado energético provisto de medidas de mejora para lograr un ahorro económico. Al final, la  valoración lleva por firma la marca de la empresa, interesada en mantener intacto su prestigio. Se minimiza, por tanto, el riesgo de ceder a presiones para obtener un determinado resultado, y se refuerza el compromiso de independencia.

El análisis es transparente y confiable. Para una empresa especializada, el largo plazo y la formación continua son su tarjeta de presentación

3. Criterios homogéneos en la aplicación de la legislación y de los programas informáticos de certificación energética

Aunque el seguimiento, registro e inspección de los certificados energéticos están transferidos a las Comunidades Autónomas, la certificación energética está regulada por una normativa nacional (recogida en el Real Decreto 235/13), que debe ser independiente de cualquier coyuntura de carácter local o interpretación sectorizada. El servicio de revisión del que dispone una empresa de servicios garantiza una interpretación homogénea de los datos.

4. Un único interlocutor para la gestión de inmuebles en todo el territorio nacional

Una empresa de implantación nacional dispone de técnicos en todo el territorio nacional, con idéntica formación y preparación, lo que permite atender tanto a los clientes particulares como a las distintas corporaciones propietarias de inmuebles en cualquier lugar. Esta capilaridad asegura que el trabajo es realizado por técnicos conocedores de la realidad local y, además, evita costes extras de desplazamientos y la incomodidad de gestionar una contratación para cada localización.

5. Preparación para la emisión de todo tipo de certificados y para afrontar auditorias energéticas

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Las herramientas de certificación varían en función del estado del inmueble (en proyecto, terminado o edificación existente), de su uso (residencial o terciario) y de la superficie. Según el inmueble de que se trate, se selecciona el programa informático más adecuado para la emisión del certificado, que puede ser simplificado (para inmuebles ya existentes con superficies y singularidades no excesivas) o bien un programa general (para edificios en proyecto o recién terminados, o aquellos que no puedan encuadrarse en un programa simplificado).

La elevada especialización técnica de estas compañías abre, además, un camino de gran interés para las empresas, como es la posibilidad de escalar y profundizar más detalladamente (a través de las) mediante la realización de auditorías energéticas, una figura que está a punto de estrenar regulación en España. La normativa europea establece que las grandes empresas deberán contar con una auditoría energética antes que finalice 2015.

 

 

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