Valoración contable (NIC – NIIF)
Una imagen fiel de los activos en el balance
Una correcta valoración contable de los activos en el balance de las compañías es clave desde un punto de vista financiero y fiscal. Los auditores requieren anualmente la valoración de los activos clasificados como inmovilizado, inversiones inmobiliarias o existencias para determinar la imagen fiel del patrimonio de la empresa al cierre de cada ejercicio. Esta revisión de los activos puede tener, además, consecuencias desde el punto de vista fiscal, ya que los deterioros (pérdidas de valor) registrados en las existencias son gastos fiscalmente deducibles. Igualmente ocurriría en el caso de posibles revalorizaciones de activos con la reversión de deterioros pasados.
Tinsa emite valoraciones conforme a los distintos conceptos recogidos en el Plan General de Contabilidad, aplicando la metodología más adecuada en cada caso y las normas internacionales de información financiera (NIC – NIIF).
Se trata de un servicio no específicamente inmobiliario dirigido a compañías de cualquier sector que posean inmuebles.
¿A quién va dirigido?
Direcciones General y Financiera de las compañías
Auditores externos, inversores, y entidades financieras
Así lo han vivido NUESTROS CLIENTES
1. LA SITUACIÓN.
La razón más habitual por las que una empresa nos solicita una valoración contable es que su auditor le ha reclamado que un experto independiente realice la valoración de un inmueble de su propiedad para determinar una posible pérdida de valor. En ocasiones, es directamente la empresa quien toma la iniciativa de justificar un deterioro por razones fiscales.
2. NUESTROS SERVICIOS.
Tinsa emite valoraciones para calcular el valor razonable, así como el valor en uso y el valor neto realizable, dependiendo del tipo de inmueble y el deterioro. El objetivo es actualizar el valor patrimonial del activo y reflejar la imagen fiel de la compañía.
3. EL RESULTADO.
El informe puede ser aceptado por la Administración para justificar una reducción en el Impuesto de Sociedades. Cuando la solicitud es a instancias del auditor, la valoración permite tener una auditoría limpia, sin salvedades ni objeciones de ningún tipo. Una circunstancia relevante para los accionistas de las empresas y para las entidades financieras.