Mientras que la superficie media de la obra nueva se incrementó apenas un 9% entre el año 95 y 2008, periodo que incluye el boom inmobiliario, entre 2008 y 2019 el aumento de la superficie media en la obra nueva adquirida ha aumentado un 21%, más del doble que la década precedente. Es innegable que la crisis de 2008 motivó cambios en el producto ofertado. Mientras que durante el boom prácticamente todo inmueble construido se absorbía en el mercado, con la crisis los promotores comenzaron a ofertar producto con superficies mayores, así como otras características, para añadir valor.
La demanda se materializa en primera instancia en las viviendas de segunda mano, que es un mercado mucho más amplio. Los compradores se decantan por las viviendas que presentan ciertas características frente a otras que no. Durante la última década, el motor de la demanda fueron los compradores de reposición, que buscan en la mayoría de los casos viviendas más grandes y de mejores características. El descenso de los precios que se produjo esos años facilitó además el acceso a superficies mayores con un coste atractivo. Ello explica que las tasaciones de Tinsa de vivienda usada muestren un marcado salto desde los 110-115 m2 de media en los años álgidos del boom, entre 2004 y 2007, para pasar a una banda 125-130 m2 en las viviendas de segunda mano adquiridas a partir de 2008, bien es cierto que sin grandes variaciones desde entonces.
La vivienda nueva, por su parte, registra variaciones con un pequeño desfase temporal. Los promotores detectan las preferencias de los compradores, en este caso viviendas con unos metros extra en forma de ciertos usos (terrazas, habitaciones más amplias, zonas de almacenaje, etc) y las incluyen en sus nuevas promociones. Además, la tendencia a potenciar las zonas y servicios comunitarios ha sido clara durante estos últimos años. La máxima superficie media en obra nueva se alcanzó en 2017, con 152 m2 construidos con zonas comunes, muy cerca de esos 149 m2 que comentábamos al principio en 2019.
En la actualidad, la irrupción del teletrabajo y la relevancia que ha adquirido en la escala de preferencias del comprador una mayor amplitud de la vivienda está haciendo que unos metros extra, ya sea como habitación adicional o como un espacio adecuado para este uso, serán requerimientos habituales de los futuros compradores y una nueva característica a incluir por parte de los promotores en la nueva vivienda construida. Será interesante ver cómo ha evolucionado el dato dentro de cinco años.
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