Historia de la valoración X: las edificaciones aztecas
El imperio azteca fue una de las civilizaciones relevantes de la historia. A pesar de que poblaron la zona central de América durante algo menos de 200 años, consiguieron extenderse rápidamente y tener una población muy numerosa.
Tenochtitlan fue la capital del imperio azteca durante sus casi dos siglos de existencia. Se establecieron en ella en 1325 tras ser desterrados por una tribu enemiga. La ciudad se situaba en el lago Texcoco que, a su vez, estaba en una gran extensión de terreno formada por otros cuatro lagos más.
El agua se convirtió en un doble problema: por una parte estaban rodeados de ella y, por otra, carecían de agua potable para poder beber.
El problema del agua
Para edificar, los aztecas utilizaron una serie de pilares de madera que clavaban en el suelo pantanoso. Tenían una profundidad de 10 metros y un grosor de entre 8 y 10 centímetros de diámetro. Junto con la piedra volcánica que colocaban alrededor, formaban unos cimientos muy sólidos sobre los que levantar su ciudad.
Ruinas de Tenochtitlan.
Fuente: Wikimedia Commons.
Para cultivar, crearon un sistema denominado chiampas. Las chiampas eran una forma de crear tierra nueva a partir de unas islas artificiales que medían alrededor de 90 metros de largo por 10 de ancho. Para ello tejían redes de palos y se ponían sobre ellas hierba y juncos. Después, se sacaba fango del fondo del lago y se colocaba encima.
Las chiampas eran creadas por 4 ó 6 hombres, y tardaban alrededor de 8 días. Eran muy productivas, ya que generaban unas 7 cosechas al año. Cuando una estaba lista los brotes de la siguiente, que germinaban en pequeñas barcazas amarradas junto a ellas, se plantaban, continuando así la cadena.
El otro gran problema fue el de traer agua a la metrópoli. Para ello tuvieron que construir un sofisticado sistema de acueductos. Estaba compuesto por dos canales de 1,2 metros de alto y 1 de ancho. Uno de ellos se mantenía con agua limpia, el otro servía para que no se interrumpiera el flujo de agua.
La expansión azteca
El imperio azteca se expandió rápidamente durante sus años de vida. En 1520, su época de mayor esplendor, el imperio contaba con más de 25 millones de habitantes y su extensión por Mesoamérica abarcaba más de 210.000 kilómetros cuadrados.
El imperio estaba conectado por una amplia red de carreteras por donde transportaban los materiales de construcción y los alimentos de manera más fácil. Además, se creó un sofisticado sistema de mensajería. Este estaba compuesto por varios corredores de relevos, cada uno de ellos apostado a 8 kilómetros del siguiente. De esta forma eran capaces de realizar envíos a 320 kilómetros de distancia en menos de 24 horas.
Restos del templo mayor.
El periodo azteca fue muy prolífico artísticamente. Su principal edificación fue la Pirámide de Tenoch, conocida como Templo Mayor. Tenía unos 75 metros de fondo por 100 de ancho y una altura de 15 pisos. Contaba con dos templos, uno en honor a los dioses de la guerra y otro dedicado a los dioses de la lluvia, construido a base de tezontle, una piedra tan dura como el cemento.
Fuentes de referencia
(2006) “La construcción de un imperio. Los aztecas”, History Channel.