Según la Dirección General del Catastro, existen 1 millón 580.000 inmuebles de uso comercial y hostelero. De ese millón y medio aproximado de inmuebles, algo más de 1,3 millones estarían dedicados a un uso comercial (hablamos de comercio minorista, no incluye oficinas) y el resto, algo más de 200.000 inmuebles, se corresponden con un uso de restauración, alojamiento y ocio (sin incluir espectáculos).
Estos inmuebles representan el 4% de los 39 millones totales registrados en España. Como te imaginarás, la vivienda es el uso mayoritario, con el 61% del parque, seguido del almacenaje y aparcamientos, con un 22% de los inmuebles.
Aunque en números absolutos las provincias con más inmuebles comerciales y hosteleros son Barcelona y Madrid, con casi 190.000 propiedades, la provincia donde estos usos representan una mayor proporción sobre el parque existente es Las Palmas, donde suponen un 14%, más del triple que la ratio media en España. Le siguen Tenerife e Islas Baleares con un 7% de los inmuebles. Por debajo del 7% pero por encima del 4% de la media nacional están las provincias de Málaga, Barcelona, Huelva, Córdoba, Cádiz, Sevilla, Alicante, Madrid.
Por el contrario, las menores concentraciones y cifras totales de inmuebles con estos usos se localizan en Castilla La-Mancha, Castilla y León y Extremadura, con apenas un 1,5 % del parque.
Islas, Madrid, Barcelona y arco mediterráneo son las zonas más potencialmente afectadas en su economía por la concentración de actividades comerciales minoristas y hosteleras. Las zonas turísticas de las islas y litoral mediterráneo resultan doblemente afectadas, ya que a las restricciones que afectan la actividad comercial minorista y hostelera se suma su elevada concentración de inmuebles residenciales vacacionales. La recuperación en estas zonas pasa por la normalización de la movilidad nacional e internacional, y el fin de la alerta sanitaria, algo que no parece que vaya a suceder en el corto plazo.
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