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El precio de los materiales de edificación residencial se ha encarecido un 8,4% entre marzo de 2020 y junio de 2021

Si anteriormente estuvimos pulsando en Capital Radio la situación de la demanda, a través de los datos de compraventa de viviendas, esta semana hemos puesto el foco en la oferta. Concretamente, en un elemento muy relevante a la hora de entender la evolución de los precios de la vivienda, especialmente en el segmento de obra nueva: el coste de las materias primas, los materiales, uno de los tres elementos que componen el indicador de costes de construcción, junto con la energía y con la mano de obra.

Buceando en el índice de costes de construcción que publica el Ministerio de Transportes, encontramos que el precio de los materiales en sector de la edificación residencial se ha encarecido un 8,4% entre marzo de 2020 y junio de 2021, es decir, desde el inicio de la crisis sanitaria.

Las materias primas se han visto afectadas por las interrupciones en las cadenas de suministro mundiales. Los confinamientos han paralizado intermitentemente industrias en diferentes países provocando retrasos en el abastecimiento. Adicionalmente, determinados países e industrias han aumentado sus demandas de ciertas materias primas desajustando el flujo y los precios previos al 2020. Con todo ello el resultado es que materiales básicos para el sector de la construcción han incrementado su precio en un 10,8 % respeto a marzo de 2020. Si atendemos solo a la edificación residencial (excluyendo ingeniería civil y edificaciones no residenciales) este incremento es del 8,4% respeto a los valores previos a la crisis sanitaria.

 

 

Es importante recordar que el coste de los materiales es solo uno de los componentes que forman parte del coste de construcción. Además de las materias primas, en este indicador computan también el coste de la energía y de la mano de obra. Todos ellos factores que también están tensionados.

Es el caso de la mano de obra en la construcción, que ya era limitada con anterioridad a 2020. La crisis financiera de 2008 reconvirtió a muchos trabajadores de la construcción a otros sectores y una parte significativa de esta mano de obra regresó a sus países de origen. En estos primeros años de recuperación tras la recesión, a partir de 2015, no se ha logrado recuperar los niveles de empleo en el sector. Como resultado, hacia finales de 2018 y a pesar de los contenidos niveles de actividad promotora, ya era patente una carencia de trabajadores en el sector de la construcción y un consecuente incremento del coste de la mano de obra.

 

Y, respecto al tercer elemento, la energía, poco hay que decir que no sepamos ya sobre la subida que ha experimentado recientemente. Un factor que es necesario a lo largo de todo el proceso de construcción para el transporte de materiales, el funcionamiento de la maquinaria y la fabricación de componentes.

De estos tres elementos, los materiales son el factor que ha mantenido un crecimiento más sostenido. Mientras que el coste de la mano de obra experimentó un intenso shock a la baja en abril del 2020 con un rebote igual de intenso 3 meses más tarde, en julio de 2020, que lo devolvía al punto de partida; los costes de las materias primas no experimentaron caída alguna y en septiembre de 2020 iniciaron una escalada que no había cesado hasta junio de 2021, el último mes con datos disponibles.

El sobrecoste que se ha producido en el corto plazo en los costes de construcción podría acabar trasladándose al precio final de la vivienda. En un primer momento, el sobrecoste es asumido por los proveedores, constructores y promotores, ajustando los márgenes de beneficio. Pero si la tendencia inflacionista continúa, no es descartable que los sobrecostes se acaben trasladando al precio final de vivienda, como ocurre en cualquier otro sector. Habrá que estar atentos.

Escucha aquí la intervención completa de Susana de la Riva, directora de Marketing y Comunicación de Tinsa España

 

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