Unesco y la defensa del valor de la historia

La Unesco y la defensa del valor de la historia

5 junio, 2012 Historia

Hace ahora treinta años, el principal órgano internacional para la defensa y el diálogo de las civilizaciones, la Unesco, decidió crear un texto encaminado a defender, proteger y difundir el patrimonio cultural y natural de los países. El único requisito: demostrar que el enclave supone un valor indiscutible a la herencia común de la humanidad. Actualmente, el número de espacios protegidos alcanza los 936. Y cada año son más. Pero, ¿cuál es el proceso de selección? ¿Cómo mide el comité de la Unesco el valor patrimonial de un monumento, lago o parque?

Un poco de historia de la Unesco

“Conservar la paz y la seguridad a través de la educación, la ciencia y la cultura”. Así rezan algunos de los objetivos que la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco, siglas en inglés) se comprometió a defender en sus inicios, en 1946, tras la Segunda Guerra Mundial, avalados por la firma de una veintena de países.

A través de comités y convenciones, la entidad fue poco a poco y a lo largo de los años consolidando las actividades y las acciones destinadas a cumplir este decreto. Entre ellas, la conservación del patrimonio de cualquier país que aporte algún tipo de valor a la humanidad.

Todo comenzó con la presa de Asuán, en el año 1959. El gobierno egipcio decidió construir el dique e inundar el valle donde se encontraban numerosos edificios de incalculable valor histórico. La Unesco lanzó una campaña internacional con el apoyo de 50 países para trasladar los tesoros y proteger estos monumentos.

A partir de ahí, las intervenciones se sucedieron de forma puntual hasta que en 1972 se celebró la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial, Cultural y Natural y se creó, cuatro años más tarde, el Comité del Patrimonio Mundial para valorar el coste arquitectónico de muchos edificios que por diversas razones estaban en proceso de destrucción, y proporcionar medios para su protección. El objetivo: preservar el valor histórico, cultural y natural de la humanidad.

El patrimonio en zonas y cifras

La lista de enclaves protegidos asciende actualmente a 963, de los cuales 725 son culturales, 183 naturales y 28 mixtos. De esta cantidad, el 19% están ubicados en los estados miembros.
El Comité clasifica los lugares en base a cinco zonas geográficas: África, Estados Árabes, Asia-Pacífico, Europa y América del Norte, Latinoamérica y el Caribe.

El 48% de los lugares protegidos por la Unesco pertenecen a la zona de Europa y América del Norte (452 enclaves), tanto a nivel cultural (384), natural (58) o mixto (10).

De esta zona, España cuenta con 43 lugares protegidos, 40 culturales y 3 naturales, repartidos en quince comunidades autónomas, entre la que destaca Castilla y León, que actualmente cuenta con siete enclaves con protección. Atapuerca, en Burgos, por ejemplo, ha alcanzado el estatus de Patrimonio de la Humanidad por arrojar datos importantes al estudio de nuestros antepasados, mientras que Las Médulas, en León, es la mayor mina de oro a cielo abierto de todo el imperio romano.

Requisitos y exigencias

El requisito básico para gozar de la protección de la Unesco es acreditar un “elevado valor universal”, un parámetro que mide las siguientes obligaciones:

  • Obra maestra de la creatividad humana. Un ejemplo es el trabajo de Gaudí: la Sagrada Familia y el Parque Güell.
  • Demostrar un intercambio de valores humanos importante durante un período concreto de tiempo o dentro de un área cultural.
  • Testimonios únicos o excepcionales de una tradición cultural o civilización desaparecida.
  • Edificio o conjunto arquitectónico, tecnológico o paisaje correspondiente a una etapa significativa en la historia. El conjunto del arte mudéjar en Aragón, y la ciudad de Toledo, son ejemplos de ello.
  • Asentamiento representativo de una cultura.
  • Estar asociado a eventos, tradiciones vivas, ideas, creencias o trabajos literarios y artísticos con especial significación universal.
  • Fenómenos naturales de belleza y estética excepcionales.
  • Procesos geológicos valiosos, como pueden ser Las Médulas, en León; o el Teide, en las Islas Canarias.
  • Procesos ecológicos y biológicos importantes en la evolución de los ecosistemas.
  • Hábitats naturales representativos y más importantes para la conversación de la biodiversidad. El parque de Doñana es un ejemplo.

La Comisión es la encargada de estudiar las candidaturas y dictaminar los lugares con un alto valor patrimonial, información que previamente ha enviado cada uno de los aspirantes a través de catálogos y documentación en profundidad con explicaciones acerca de la zona.

Las ciudades donde están situadas estas joyas son las encargadas, tras la proclamación, de conservarlas con ayuda internacional. En España existe el Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad de España, un acuerdo entre trece ciudades que contienen lugares con esta categoría, encaminado a unificar fuerzas, sobre todo económicas, para la defensa de este patrimonio.

Fuentes de referencia:
UNESCO. Número de enclaves Patrimonio de la Humanidad, por zona y región.
UNESCO. Historia.
UNESCO. Listado de los lugares que son Patrimonio de la Humanidad


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