Aunque los certificados BREEAM y LEED para medir la sostenibilidad ambiental y la eficiencia energética de un inmueble son los más habituales, el sello WELL, más conocido en Estados Unidos, en los últimos años ha ganado popularidad en nuestro país como sinónimo de bienestar laboral.
Y es que, pasamos más del 90% de nuestro tiempo en espacios cerrados, por lo que los inmuebles en los que vivimos, trabajamos o nos cuidamos impactan de lleno en nuestra salud, productividad y confort. En definitiva, en nuestro bienestar y calidad de vida.
¿Qué es la certificación WELL?
La certificación WELL es una acreditación que mide el impacto de los edificios en la salud y el bienestar de sus ocupantes. Fue creado en 2013 por el International WELL Building Institute (IWBI) para complementar los certificados de sostenibilidad de edificios.
¿Qué evalúa el sello WELL?
La versión actualizada de esta acreditación, llevada a cabo en 2018, la WELL v2, evalúa 10 áreas en lugar de las 7 anteriores:
● Aire: calidad del aire interior que respiramos con una buena ventilación.
● Agua: acceso a agua potable limpia y segura.
● Alimentación: promoción de hábitos alimentarios saludables.
● Luz: iluminación natural y artificial adecuada para la salud visual y el ritmo circadiano.
● Movimiento: diseño que fomente la actividad física y el bienestar postural.
● Confort térmico (nueva): control de temperatura para el confort de los ocupantes.
● Sonido (nueva): reducción del ruido y optimización acústica.
● Materiales (nueva): uso de materiales saludables y no tóxicos.
● Mente: espacios que favorezcan la salud mental y el bienestar emocional.
● Comunidad: promoción de interacciones sociales y políticas inclusivas.
Proceso de certificación
Hay que inscribir el proyecto en la página web de WELL. En este registro se proporciona asesoramiento sobre las 10 áreas a evaluar, las cuales tienen un sistema de puntuación, siendo la máxima 110 puntos: 100 correspondiente a las optimizaciones y 10 adicionales por innovación. En función de estos, el sello puede ser Core (solo para espacios ocupados por varios inquilinos que sirva de zona común, como un co-working o las zonas comunes de los edificios). O bien un certificado completo con los niveles: plata, oro y platino. El certificado hay que renovarlo cada tres años.
La verificación consta de dos fases: una documental y otra presencial, realizada por un profesional acreditado denominado Performance Testing Agent (PTA). La verificación in situ toma medidas de la calidad del aire, agua, confort tanto térmico como acústico e iluminación, así como muestras del aire y del agua e inspecciones visuales.
Beneficios específicos de obtener la certificación WELL
La certificación WELL ofrece numerosos beneficios específicos para los edificios y sus ocupantes:
Beneficios para los ocupantes
● Mejora de la salud y el bienestar: la certificación WELL se enfoca en crear ambientes que promueven la salud física y mental de las personas.
● Mayor confort: se implementan estrategias para mejorar la calidad del aire, iluminación adecuada y espacios ergonómicos, contribuyendo al bienestar general.
● Mejor calidad de vida: la certificación aborda aspectos como nutrición, actividad física y salud mental, impactando positivamente en la calidad de vida de los ocupantes.
Beneficios para las empresas
● Atracción y retención de talento: las empresas con espacios certificados WELL son más atractivas para los empleados potenciales y actuales.
● Aumento de la productividad: los beneficios para los ocupantes contribuyen a mejorar la productividad de los empleados, tal y como reseñan algunos estudios.
● Mejora de la imagen corporativa: demuestra el compromiso de la empresa con la salud y el bienestar de sus empleados.
Otros beneficios
● Reducción de costes médicos: empleados con mayor bienestar y confort tienden a enfermarse menos, lo que reduce posibles los gastos médicos.
● Aumento del valor de la propiedad: los edificios con certificación WELL tienden a revalorizarse en el mercado inmobiliario.
● Eficiencia energética: la certificación WELL también considera aspectos de sostenibilidad, lo que puede llevar a una reducción en los costes energéticos.
Coste de la certificación well
El coste de la certificación WELL varía dependiendo de varios factores: superficie, características singulares del edificio o nivel de certificación. Así, el mínimo de partida es de 8.000 euros hasta un máximo de 98.000 euros, en función, también de si se contrata asesoría. La cuota de inscripción es de 3.000 euros.
En nuestro país hay algunos proyectos destacados como el que ha llevado a cabo Zero Consulting by Accumin para las oficinas de Veeva, consiguiendo la máxima clasificación WELL Platino.