Alrededor de un centenar de profesionales del sector agrario, inversores, abogados, entidades financieras y representantes de la Junta de Andalucía se dieron cita ayer en Sevilla en el encuentro ‘El sector Agro en España. Tendencias y retos 2024’, organizado por Tinsa en colaboración con el despacho PWACS Gutiérrez Labrador Legal. El problema de la gestión y disponibilidad del agua, o la compatibilización de medio ambiente, producción agrícola y energética fueron temas destacados a lo largo del encuentro.
El presidente de Tinsa España, José Antonio Hernández Calvín, destacó en la apertura de la jornada el papel de Tinsa como asesor de referencia del sector agrario en España, cuyo peso sobre el PIB en Andalucía más que duplica el de la media española. “El sector se enfrenta a un futuro con retos difíciles, asociados al clima, a la gestión del agua, a la eficiencia y a la rentabilidad de las explotaciones en un marco cada vez más regulado que implica, en muchos casos, costes de producción cada vez más altos”, afirmó.
La viceconsejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Amelia Martínez, recordó, por su parte, que no el problema no es tanto la sequía como las pérdidas que se producen por el mal estado de las infraestructuras hidráulicas. “La Junta ha invertido más de 1.500 millones de euros en obras hidráulicas. El 42% de la inversión de nuestro gobierno va a agua”, recordó. Martínez se mostró confiada en que este año la climatología será más favorable y va a ser un buen año de producción para el sector agrícola.
Cristina Arias, directora del Servicio de Estudios de Tinsa, presentó las principales conclusiones del informe ‘Suelo Agrario en España 2023’ (puede descargar el informe completo AQUÍ) “El entorno inflacionista de los últimos años ha sometido a mucha presión la rentabilidad de los cultivos, pero la posibilidad de trasladar el incremento del coste al precio de los alimentos ha contribuido a evitar que se erosione el valor del suelo, que, en líneas generales, se ha incrementado ligeramente durante 2023”, apuntó.
Arias destacó que pese al entorno económico y climático adverso el sector primario ha resistido, “Los mayores incrementos en el precio del suelo se han concentrado en las fincas con acceso a agua y en los cultivos con posibilidades de transformación”, apuntó la directora del Servicio de Estudios de Tinsa.
MESA REDONDA SOBRE INVERSIÓN EN ACTIVOS RÚSTICOS
Antonio García Gallego, delegado de Tinsa en Sevilla, Córdoba y Huelva, moderó una mesa redonda centrada en inversión, en la que participaron Colliers International, Cocampo, Innoliva, Solida y Beka Finance. En ella se destacó que la previsión de una mayor demanda mundial de alimentos por el crecimiento de la población, unido a la cada vez menor disponibilidad de tierra para el cultivo por destinarse a otros usos, justifica el interés de los inversores por las fincas rústicas.
“Antiguamente existían en España barreras como la atomización de los terrenos o la falta de tecnología, pero las cosas han ido cambiando en España, lo que, unido a sus características climáticas, hace que sea un lugar muy interesante para invertir”, explicó Jorge Pena, CEO de Innoliva.
Tras la atomización, la otra piedra en el zapato del inversor es, en opinión de Pena, la disponibilidad de agua. “Ya no basta con que un terreno tenga derechos de riego, lo importante es si realmente dispone de agua, cuál es la seguridad de ese regadío”, afirmó. En ese sentido, señaló que “no es que llueva menos, llueve diferente, y no estamos sabiendo cómo aprovechar esa agua que acaba en el mar”.
Pena criticó que ante una situación de escasez de agua no se premia a los propietarios que hacen un uso eficiente del agua, sino que se aplican restricciones de forma generalizada. Igualmente, puso el acento en que la regulación medioambiental que está limitando las producción pone en peligro la capacidad de abastecer de alimento a la población. “Y eso debe ser el objetivo principal que cumplir”.
Javier Martín, Senior Advisor de Colliers, destacó que el atractivo de España como mercado de inversión es que es la puerta de acceso a un mercado europeo de 450 millones de habitantes con un nivel adquisitivo alto en comparación con otras zonas del mundo. “El que tiene este tipo de activos se protege de la inflación”, afirmó.
Entre los aspectos que analizan los inversores, Martín destaca, junto a la disponibilidad real de agua, el grado de mecanización que admite la finca. “La mano de obra es escasa y cara, con lo que la mecanización es un elemento importante en la determinación del valor”, explica. También aludió a que el Agro también se está beneficiando de la necesidad que tiene el capital de invertir en activos sostenibles.
Lo sabe bien Beka Finance, que ha creado un vehículo de inversión en activos agropecuarios que permite a los partícipes diversificar el riesgo de sus carteras y apostar por una actividad medioambientalmente sostenible. “Estamos centrados en almendra y olivar. Para una primera implantación buscamos fincas de más de 250 hectáreas. A partir de ahí podemos ir incorporando otras de menor tamaño”, explicó Borja de Roda, Managing Partner de Beka Finance. “El vehículo nació porque entendíamos que era un sector con potencial, pero lo cierto es que el carácter sostenible de la actividad es importante para dos tercios de nuestros inversores”.
Regino Coca fundador y CEO de Cocampo, afirmó que las economías de escala son muy relevantes a la hora de mecanizar y de invertir en la mejora de infraestructuras hidráulicas y en sistemas tecnológicos que mejoren la eficiencia de los cultivos. Coca puso el acento en la oportunidad que se abre para fincas y montes que hoy están viendo penalizado su valor y tienen difícil salida en el mercado el creciente interés de los inversores por la captación de CO2 y la inversión en masa forestal
La competencia entre productores agrarios y la industria de energías renovables estuvo también presente. Fernando Rueda, Managing Partner en Sólida, hizo hincapié en la necesidad de hacer que sean compatibles ambos usos. “Los países necesitan energía barata y el desarrollo de renovables necesita terreno donde asentarse, así que debemos impulsar la agrovoltaica, hacer compatible la agricultura y la generación de energía limpia, como ya se está haciendo en Italia, Alemania, Francia o EEUU”, afirmó Rueda. Solida, explicó, ya está desarrollando proyectos de este tipo en Italia. “Para ciertos cultivos está demostrado que aumenta la productividad y se reduce el consumo del agua si regulas la sombra sobre la planta determinadas horas al día con placas solares”.
También Carmen Gutiérrez Labrador, socia directora del despacho PWACS Gutiérrez Labrador Legal, especializado en agua y energía, defendió la convivencia de las actividades agrícola y energética. Sobre esta última destacó su papel para rebajar el coste de funcionamiento de las desaladoras.
Carmen Labrador puso el acento en que la regulación no está permitiendo el desarrollo de infraestructuras y mecanismos para un mejor aprovechamiento y uso eficiente del agua. En este sentido, aludió a la utilidad de las balsas pluviales, que permitirían recoger el agua de lluvias torrenciales, que son cada vez más frecuentes, los contratos de cesión de derechos o la recarga de acuíferos. “Hace años esto no era posible, pero ahora conocemos en detalle cómo se despliega la red de acuíferos.
Manuel Pimentel, editor de Almuzara Libros y autor del libro ‘La venganza del campo’, alertó sobre que se avecina un periodo de desajustes y de mayor incremento del precio de los alimentos como consecuencia de los riesgos geopolíticos y las ineficiencias de las políticas agrarias. “La cesta de la compra se ha puesto en 250 euros y vamos a ver cómo alcanza 400 o 500 euros. Cuando la alimentación vuelva a aparecer en la lista de mayores preocupaciones de los ciudadanos se repensará una regulación que en los últimos años ha estado sesgada hacia el medio ambiente y no hacia la alimentación. El sector cayó en el olvido y ha sido demonizado”, afirmó Pimentel durante su intervención.
El también exministro y councel de Baker McKenzie alertó de que se buscan chivos expiatorios a los que culpar (“ahora son los supermercados y en breve les tocará a los fondos de inversión”) cuando las razones nacen de más atrás. “La producción ha bajado no solo por la sequía, sino porque la legislación ha decidido disminuirla”, afirmó. Ahora los jefes de compras se encuentran con que ya no tienen garantizado el suministro y la tendencia de los precios es creciente por costes de aduanas y transporte.