Las compraventas residenciales en febrero de 2024 se situaron en 53.000 transacciones, según los últimos datos publicados por Notarios. Esto supone un incremento interanual de 10,3%, una variación modesta pero que continúa con la tendencia de enero, cuando este indicador registró su primera variación interanual positiva desde la subida de los tipos de interés de referencia en septiembre de 2022. Al comparar con el periodo histórico, este volumen se sitúa +16,4 % por encima del nivel de febrero 2019 (prepandemia) y +46 % por encima del promedio de febrero del periodo expansionista 2014-2019.
En cuanto al volumen de nuevas hipotecas, en febrero de 2024 se ha situado en 24.000, lo que supone una variación de +15,3% interanual. Al igual que en el caso de las compraventas, este incremento, aunque modesto, también continúa con la primera señal positiva registrada en enero. Al comparar con el histórico, este volumen supone +8,3% respecto a febrero de 2019 y +49,1% respecto al promedio de febrero en el periodo 2014-2019.
La ratio de hipotecas sobre compraventas en febrero se ha reducido en dos décimas, hasta el 44%.
En términos acumulados, las compraventas en el periodo enero-febrero suman 102.000 transacciones (+9,5% vs. 2023 y +16,9% vs. 2019). Las hipotecas en este mismo periodo han sido 46k (+12% vs. 2023 y +11,3% vs. 2019).
Estas variaciones interanuales moderadamente positivas continúan reflejando el impacto del efecto base al comparar con un periodo en el que los efectos de la política monetaria ya se habían trasladado a las hipotecas, pero sobre todo muestra el sostenimiento de la actividad en el sector residencial y apunta hacia un punto de inflexión en la demanda.
Los fundamentales económicos que explican este nivel de actividad son los siguientes: la resistencia del empleo y el restablecimiento del poder adquisitivo de los hogares gracias a la moderación paulatina de la inflación y a las revisiones salariales contribuyen a sostener la solvencia de los hogares y a mejorar su confianza. Esa solvencia, unida a la anticipación de una potencial bajada de los tipos de referencia por parte del BCE en la segunda mitad del año, comienza a estimular la concesión de crédito. Adicionalmente, la escasez de oferta de vivienda en polos de empleo y zonas turísticas que concentran distintos tipos de demanda garantizan, cuanto menos, el sostenimiento de los precios residenciales y estimula las compraventas de aquellos agentes con suficiente poder adquisitivo para acometer la inversión.