La foto general es que España tiene 47,4 millones de habitantes repartidos en 8.131 municipios, con un parque inmobiliario aproximado de 26,7 millones de viviendas. Como es de esperar, el reparto de la población no es homogéneo. Pero ¿cómo se distribuye? Existe una elevada concentración en áreas urbanas y grandes cuidades y se reduce notablemente en los municipios más pequeños. El foco más importante está, lógicamente, en las grandes ciudades: seis capitales de provincia (Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla, Zaragoza y Málaga) concentran 7,7 millones de habitantes, es decir, el 16% de la
población. Los otros 57 municipios de más de 100.000 habitantes aglutinan otro 24% de la población.
Si en lugar de en la distribución poblacional, buceamos en el tamaño de los municipios en nuestro país, observamos que de los algo más de 8.000 municipios que existen en España casi 5.000 tienen menos de 1.000 habitantes. En otro grupo de 2.700 municipios viven hasta 20.000 habitantes. Otros 400 municipios dan cabida a entre 20.000 y 500.000 habitantes. Con mayor peso poblacional estarían esas 6 grandes urbes que hemos mencionado al principio. La mayor de ellas, Madrid, en el entorno de los 3,2 millones de habitantes.
La tercera derivada en esta historia es el parque inmobiliario, las viviendas. Sería lógico pensar que se distribuyen en consonancia con la población. Pero hay un par de matices a tener en cuenta. Por un lado, el potencial turístico de nuestra costa, que explica la existencia de un mercado de segunda residencia en municipios de tamaños pequeños e intermedios en el litoral. Y, por otro, un crecimiento de la población más rápido que el del propio parque inmobiliario en las cidades de mayor tamaño. El primer efecto conlleva la existencia de más inmuebles y el segundo menos inmuebles para una población proporcional.
Toda esta distribución poblacional que estamos comentando tiene mucho que decir a la hora de explicar el estado y la calidad de las viviendas, ya que proliferan los inmuebles en desuso e incluso en estado de ruina en las ubicaciones cuya población ha ido a menos y, por el contrario, nuevas viviendas, con más servicios y dotaciones, se incorporan al parque en aquellas ubicaciones donde la población ha aumentado y que son lugares donde se concentra la actividad promotora.
Este movimiento de concentración de la población es un fenómeno relativamente reciente. Históricamente, España ha presentado asentamientos de baja densidad y muy dispersos, con amplias proporciones del territorio sin presencia de núcleos urbanos. Ha sido en las últimas décadas cuando se ha acentuado la tendencia a la concentración en los núcleos urbanos de mayor tamaño. Se trata, por otro lado, de un modelo poblacional bastante singular en el ámbito europeo. En España existe una alta
proporción del territorio que está deshabitada y los espacios habitados se caracterizan por presentar una concentración poblacional elevada. Una estructura diferente a la que predomina en Europa, donde, por lo general, la población se reparte en mayor número de cuidades de tamaño intermedio, especialmente en las zonas centroeuropeas. Así que parece que también en lo referente a la distribución población aplica esa expresión de “Spain is different”.
Aquí te dejamos la intervención de Susana de la Riva, directora de Marketing y Comunicación de Tinsa