Historia de la valoración (II): La edad de los metales

Historia de la valoración (II): La edad de los metales

27 marzo, 2012 Historia

En El valor de las cosas continuamos con las entradas dedicadas a la historia de la valoración con la Edad de los Metales, un periodo de la historia posterior al Neolítico ya explicado anteriormente en el blog. En la Edad de los Metales, el hombre empieza a utilizar metales como materia prima fundamental para el desarrollo, utilización y fabricación de herramientas, iniciándose una explosión del comercio en zonas como Oriente Próximo, el Mediterráneo, Europa central, Asia o la África subsahariana en los periodos que comprenden: Edad de Cobre, Edad de Bronce y Edad de Hierro.

La Edad de Cobre

La Edad de Cobre se caracteriza por una especialización e intensificación de la producción artesanal, incrementándose el intercambio y la actividad comercial en sociedades más asentadas que las existentes en el Neolítico.

Historia de la valoración
Lingote de cobre del Egeo
(Fotografía: Wikimedia Commons)

Uno de los primeros metales en descubrirse fue el oro, encontrado en ríos y cuyo uso se dedicó a la creación de objetos religiosos y de ornamentación. Con el cobre (uno de los primeros metales en explotarse) se realizan las primeras armas metálicas y piezas ornamentales como anillos y pulseras utilizadas como símbolo de riqueza y prestigio.

La fragilidad del cobre supuso la aparición de técnicas de fundición realizadas en hornos a 1.300 grados de temperatura. Tras la extracción de las piezas del horno, el cobre se trabajaba con materiales como martillos, yunques o limas. Esta técnica de fundición del cobre no tardó en propagarse por zonas balcánicas, Sumeria o Egipto.

La Edad de Bronce

La Edad de Bronce supone también una evolución, el hombre primitivo descubre que al mezclar estaño más cobre se consigue un metal más duro que es el bronce. Con el bronce se consigue mejorar la agricultura, la ganadería, así como la construcción de casas en núcleos urbanos.

El sistema económico en esta época se caracteriza por una explosión económica y social que posibilita la consecución de riqueza, la diferenciación social y la consolidación de importantes rutas comerciales como la del estaño y el ámbar.

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Armas de la Edad de Bronce y Edad de Hierro
(Fotografía: Wikimedia Commons)

La ruta del estaño atravesaba todo el Mediterráneo hasta el Océano Atlántico, mientras que la ruta del ámbar atravesaba el continente europeo a través de grandes ríos acabando en los depósitos de ámbar existentes en las costas del Mar del Norte y del Mar Báltico. Es en esta zona donde se producen las grandes actividades comerciales, intercambiándose ámbar por objetos manufacturados de bronce, oro y metal, procedentes de otras zonas como los Cárpatos, regiones del Danubio o Inglaterra.

La Edad de Hierro

Tras la Edad de Bronce se desarrolla la Edad de Hierro caracterizada por el empleo de utensilios y armas de hierro que sustituyen a elementos como el cobre y el bronce . Es en el siglo XIII a.C. cuando el hierro alcanza un importante desarrollo en Anatolia, especialmente entre el pueblo hitita que llegó a crear un gran imperio gracias a su capacidad militar y diplomática, junto a otras potencias como Babilonia o Egipto.

Con el hierro, se siguieron perfeccionando las armas y los objetos de ornamentación así como las relaciones comerciales impulsadas por griegos y fenicios que motivarán la expansión del hierro hacia otras partes de Europa.

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Recreación pictórica de una fragua de Hierro
(Fotografía: Wikimedia Commons)

El uso del hierro también se popularizó en zonas como la India con la llegada del budismo, China con la llegada de Confucio o el África subsahariana. Se considera a la Edad de Hierro como el último periodo de la Prehistoria antes de la  invención de la escritura.

En el caso de la Península Ibérica, durante la Edad de Hierro, se produjo la invasión de los pueblos celtas a través de los Pirineos, introduciéndose los campos de urnas, las prácticas basadas en el culto a elementos de la naturaleza y la formación de otras etnias como los pueblos celtíberos al cohabitar con los íberos en la zona norte de la meseta.

Fuentes de referencia:
Artehistoria
Región de Murcia digital


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